La semana que ha pasado da cuenta de los cambios que vivimos y no creo equivocarme al decir que somos una nueva generación, que esta dispuesta a asumir con responsabilidad las exigencias que surgen, dispuestos a luchar frente al pesimismo de quienes se resignan a que lo malo sigas igual, y que no hay forma de cambiar eso. Como generación somos jóvenes y sabemos que los problemas pueden llegar a ser grandes y complejos, y de manera individual no es fácil solucionarlos por lo que necesitan un enfoque grupal.
Esto último justamente lo hemos demostrado, ante la prepotencia y falta de criterio de la autoridad, de alquilar aulas de nuestro campus a una universidad privada, los estudiantes hemos tenido una posición clara y hemos logrado que el consejo universitario apruebe rescindir el contrato. Es decir la autoridad ha debido dar marcha atrás y así hemos aportado como movimiento a defender a nuestra universidad.
Es importante reconocer que el logro conseguido esta semana es solo el primer paso, que demuestra que no somos marcianos y que sentimos y anhelamos lo mismo que millones de jóvenes en el planeta. Los estudiantes de la Agraria nos hemos informado, motivado y hemos actuado. Paso a paso demostraremos que no somos indiferentes a los problemas del país.
Es natural que iniciar un proceso de cambio genere reacción de muchos, quienes se encuentran cómodos con la actual situación de la universidad. Sin embargo estos personajes no pueden negar el grado crítico en que se encuentra la universidad peruana y en consecuencia, también la UNALM. Basta darle una rápida revisada a los rankings mundial de universidades, y veremos que nuestro país no coloca ninguna entre las 500 primeras. Situación muy diferente a la vivida en épocas pasadas, donde la Agraria era vista como modelo por las universidades latinoamericanas.
Es natural que iniciar un proceso de cambio genere reacción de muchos, quienes se encuentran cómodos con la actual situación de la universidad. Sin embargo estos personajes no pueden negar el grado crítico en que se encuentra la universidad peruana y en consecuencia, también la UNALM. Basta darle una rápida revisada a los rankings mundial de universidades, y veremos que nuestro país no coloca ninguna entre las 500 primeras. Situación muy diferente a la vivida en épocas pasadas, donde la Agraria era vista como modelo por las universidades latinoamericanas.
Muchos pensamos que el proceso de cambio de la universidad pública se iniciaría en el 2005, con la lucha que emprendieron los docentes por la homologación, los estudiantes respaldamos las medidas tomas por los docentes, en ocasiones llegando a perder varios meses de clases, sin embargo este apoyo lo dimos con la condición de que la educación iba a mejorar, que el esfuerzo y la dedicación que se daría a la enseñanza, investigación y proyección social sería siempre mayor, es momento que todos nos detengamos un instante y analicemos si esta mejora se ha dado, hoy los docentes ya se encuentran homologados. Llamamos a la reflexión a la Asociación de Docentes y que sean críticos con la dedicación que le están dando al desarrollo de la universidad.
La segunda acción concreta que hemos planteado los estudiantes, reunidos en Asamblea General, es la de marchar el día 15 de setiembre al Congreso de la República. Hacer sentir nuestra voz en la vía pública es una herramienta con la que contamos, sin embargo debemos ser conscientes de que cuando la utilizamos afectamos la libre circulación de los demás ciudadanos. Por eso hay que usarla con inteligencia y actuando con cortesía con los afectados. Explicando que la usamos porque no hay otros medios a nuestro alcance para expresarnos. Es deber de los dirigentes garantizar la integridad de los estudiantes que participan, por eso así como les pedimos consecuencia y exigimos se pongan la camiseta molinera, también prudencia y responsabilidad.
El apasionamiento natural de las marchas no puede hacernos perder la perspectiva, en primera instancia, transparentar de manera el manejo de recursos de la universidad, tanto de sus oficinas dependientes del estado, como de la Fundación para el Desarrollo Agrario FDA, institución donde se respiran muy pocos aires de transparencia. ¿Alguien tiene idea cuantos millones ha administrado la FDA, en los casi 30 años que tiene de fundada?
Buscamos el bienestar de la universidad, exigir un adecuado manejo de recursos solo puede honrar la imagen de nuestra institución, por muchos años venimos escuchando que los trapos sucios se lavan en casa, si los trapos se lavaran en casa, ya estarían limpios, y sabemos que eso no es así. Hoy ya no nos importa donde se laven esos trapos, ya sean en la casa o en la calle, solo nos importa que estén limpios; y recordemos quien no la debe, no la teme.
El cambio ha empezado y es momento, de una vez por todas, de cumplir con nuestro lema: Cultivar al Hombre y al Campo.
hoy nos toca, tenemos la posibilidad de hacer historia. CORRUPCIÓN NUNKA MÁS!